Cuando estaba en la prepa, me prestaron una cinta grabada de esas Sony 60 minutos de color gris transparente. Se trataba de el segundo disco de SKA-P, la banda española de ska que en ese momento (1997) la estaba rompiendo con todo por todo el mundo. Por supuesto que grabé una copia y esta me acompañó durante meses en mi walman de camino a la prepa.
Tengo que aceptar que este disco como a muchos, cambió en mi muchas cosas y me enseñó a entender las cosas y el género del ska de otra manera. Curioso es que la banda que antes había logrado eso en mi manera de pensar fue otra banda española: La Polla Records. Sin embargo, Ska-p había logrado de alguna manera penetrar esa ideología un tanto anárquica y revolucionaria no solo en la clase obrera y radical como ellos hubiesen imaginado, también estaban inmersos en la clase media y quiza hasta en mas de alguno de la alta sociedad, lo más increible del asunto, es que lo lograban sin publicidad.
Un año o dos después llegaron a nuestra ciudad en el no se si difunto, pero sin moribundo ROXY, tuve la oportunidad de ir, y como me lo iba a perder. Una tocada llena de fuerza, revolución, energía. Y entonces apareció la anarquía y comienza lo que incluso llevó a Skap al retiro voluntario y anticipado, un tumulto de personas que no tuvieron el alcance económico para entrar al evento decidió hacerlo a la fuerza, y el resultado fue un evento que terminó antes de lo previsto, algunos lastimados y la frustración de el triunfo de la anarquía y la revolución, por la anarquía y la revolución misma.
Después de esos años skap siguió creciendo como banda y yo me alejé un poco de ellos, nunca les perdí la pista completa pero si me interné en otra forma de pensar que distaba de la que ellos proponían. La banda con los años siento yo, empató conmigo; escuche en la prensa que harían un concierto de despedida y la razón dictaban diferentes fuentes eran problemas de identidad con lo que hacían como banda. No me gusta pensar en esa razón como justificable para retirarse, pero si para replantearse, creerse, y saber que el artista es método de influencia y que no se debe de luchar internamente por una verdad ante un crecimiento tan grande. En lo personal dejé de hacerlo cuando encontré a mi alrededor muchas inconsistencias con lo que escribía y lo que decía.
Skap ha vuelto, bien por el rock, bien por la escena underground que nuevamente presenta a su monstruo favorito ante toda la escena, sin grandes trucos publicitarios, orinándose encima de quienes se dicen tener la reglas de los medios. Skap llega y hará el evento del año donde encontrarás la puvertad hecha radical, la calse media, la clase trabajadora, fresas, oportunistas, hijos de policías, policías mismos, burócratas y demás. Todos quieren ir a ver a skap, y todos lo han esperado mucho tiempo.
Yo mientras tanto, cumpliré un sueño más este sábado próximo y tocaré con la banda que me acompañó a la prepa en 1997. Y si, la revolución continua para aquellos jóvenes de 1997, solo que esta vez hacemos guiño de ojo con Skap y decimos en silencio... INSISTIMOS.!!!
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